El valle de Andorra fue una zona productora de hierro entre los siglos xvii y xix. Ubicada en La Massana, la farga Rossell alberga el Centro de Interpretación del Hierro; se trata de uno de los testigos mejor conservados de los Pirineos donde podréis disfrutar de un espectáculo multimedia que os introducirá en el mundo de quienes producían hierro con viento, fuego y piedra.
La farga Rossell fue levantada entre los años 1842 y 1846 y, a pesar de un breve período de inactividad, se mantuvo abierta hasta 1876. Concebida siguiendo un nuevo plano estructural ideado por el ingeniero de minas Jules François (1808-1890), su bajo horno se aprovechaba, a su vez, para reducir la mena y mantener el metal a temperatura de forja. Los forjadores utilizaban sucesivamente dos martillos accionados por fuerza hidráulica. El primero, equipado de una cabeza de unos 700 kg de peso, servía para depurar y compactar la masa de hierro esponjoso (mazo); el siguiente, más pequeño, con una cabeza de unos 350 kg, se utilizaba para rematar la forma de las barras y dar el acabado final al metal (patina). Esta fábrica fue una de las dos últimas fargas activas de Andorra y una de las últimas a producir hierro en los Pirineos.
En la actualidad, la farga Rossell ha sido transformada en un centro de interpretación para explicar el proceso de transformación del mineral de hierro en lingotes y su posterior comercialización en los mercados catalanes. Un espectáculo multimedia y varios audiovisuales introducen al visitante en el mundo de la siderurgia pirenaica. Los trabajos de rehabilitación del taller ofrecen la posibilidad de conocer la trompa, el bajo horno, los mazos y las rutinas de trabajo de los forjadores que definen el sistema de producción conocido como farga catalana. Además, la recreación de las instalaciones hidráulicas permite ver el martinete en funcionamiento.
Desde el Centro de Interpretación del Hierro de la farga Rossell se ofrece también información para seguir la ruta del hierro y descubrir, entre otros lugares relacionados con este mundo, el Museo Casa de Areny-Plandolit, la iglesia de Sant Martí de la Cortinada y la mina de Llorts. Siguiendo el camino de Ordino podréis disfrutar de las esculturas creadas por diferentes artistas contemporáneos. Del mismo modo que los arrieros de mineral, los más valientes podrán continuar hasta las minas de la Collada dels Meners, en la parte alta del parque natural de Sorteny, lugar de donde provenía el mineral utilizado en esta farga. Otros podrán optar por descubrir el paisaje del carbón con el recorrido de montaña intitulado Itinerario siderúrgico del Madriu, situado en el valle del Madriu-Perafita-Claror.